Sorpesa a mi vuelta a Valladolid en el mes de Agosto.
Tras muchos años en el olvido se ha rescatado un preciosisima maqueta del proyecto que se queria construir para el Santuario Nacional de la Gran Promesa en Valladolid, que finalmente no vio la luz. La maqueta se encuentra un poco deteriorada y sucia, por lo que en mis ratos libres me dedicare a restaurarla.
Este proyecto vio la luz con motivo del 200 aniversario de la Gran Promesa, (el entonces estudiante de Teología y futuro padre jesuita Bernardo Francisco de Hoyos 1711-1735 recibió en el presbiterio del templo la conocida como Revelación de la Gran Promesa. De Hoyos escuchó las siguientes palabras:
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Reinaré en España y con más veneración que en otras partes"
El 25 de septiembre de ese mismo año, siguen narrando las crónicas jesuitas, el beato oyó una voz que le dijo:
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Pídeme lo que quieras por el Corazón Santísimo de mi Hijo, y te oiré y te concederé lo que me pidas")
El Arzobispo Remigio Gandásegui y Gorrochátegui comenzó a promover la idea de convertir esta iglesia de San Esteban en un Templo Expiatorio Nacional del Sagrado Corazón de Jesús. La aprobación fue concedida por el Papa Pío XI en un documento enviado al prelado vallisoletano el 12 de agosto de 1933, pero la consagración se demoró. Monseñor Gandásegui falleció en 1937 sin ver realizada su empresa espiritual.
El sucesor de Gandásegui, monseñor Antonio García y García, continuó adelante con el proyecto, que requirió importantes remodelaciones del edificio, y tuvo la satisfacción de consagrar el Templo Expiatorio con el nombre de Santuario Nacional de la Gran Promesa el 15 de junio de 1941. El Papa Pío XII envió en ese fecha un mensaje en el que expresaba su gozo por la inauguración del templo.